Teresa Ríos (Techín), Misionera de Cristo Jesús

Cuando empezó PPHH yo estaba de misión en El Congo. Nos informaron que se había fundado una ONG para las necesidades de nuestras Misiones y de los que estaban cerca de las Misioneras de Cristo Jesús. A todas nos pareció muy bien. De hecho se recibieron muchos proyectos para construir puentes, clases, ampliaciones de dispensarios, neveras para vacunas, etc. Cuando estuve de regreso un tiempo en Zaragoza vino la misionera Mª Paz Almazán y formó el grupo de voluntarios en Zaragoza, de eso hace ya bastantes años. Primero se hizo una exposición de artesanía de diferentes países donde estábamos destinadas las misioneras de Cristo Jesús. Antes hubo una charla en la que habló la misionera Mª Salud y animó mucho a la gente. Se hicieron muchos socios y fue un momento muy bueno.

Al año siguiente como mi hermana tenía muchos belenes se nos ocurrió hacer una exposición para algún fin benéfico, y qué mejor que hacerlo para un proyecto de PPHH. Ese fue el germen, el comienzo de la actividad estrella de la Delegación de Zaragoza.

Posteriormente hicimos dos o tres exposiciones con mucho éxito en los años 2004 y 2005. Y desde entonces hasta ahora, en 2016, hemos estado colaborando con muchos proyectos y ayudando a financiar en lugares como Congo, Chad, China o Filipinas.

Las diferentes misiones y yo misma mandábamos belenes a Zaragoza, enriqueciendo así la exposición y aportando novedades cada año para la venta.

En los últimos años hemos hecho hincapié en la sensibilización, sobre todo a los niños y hemos añadido el Comercio Justo para no sólo conseguir fondos sino también para educar en valores.

PPHH es ahora una fundación que ha pasado momentos muy difíciles, pero que siempre merece la pena, pues es un orgullo ver los muchos proyectos que hemos logrado sacar adelante.

Y ahí radica el espíritu de PPHH que tanto me gusta: acercar el Norte a los pueblos del Sur. Sensibilizar y canalizar proyectos de desarrollo en los pueblos del sur.

Me gusta PUEBLOS HERMANOS también por su gente: voluntarios, hermanas, colaboradores… todos tienen mucha ilusión y coraje.

Yo, como Misionera de Cristo Jesús estoy ahora destinada en Chad, en la capital Yamena. ¿Y qué labor realizo? Pues a mis 81 años hago lo que puedo: visitar los enfermos del barrio (cerca de nosotras vive gente muy pobre). El otro día fui a verles y como era el día del enfermo les lleve una coca cola, una lata de sardinas y un pan. Y la alegría que demuestran al recibirme no tiene precio.

Los miércoles voy a la comunidad de base done leemos el evangelio y luego se comparte. Los martes y jueves voy a un taller en un centro de desintoxicación de alcoholismo, donde los chicos y chicas necesitan además ayuda pues se encuentran perdidos sin amigos ni trabajo. Nuestro objetivo es reinsertarlos en la sociedad, que aprendan un oficio como coser a mano, hacer jabón, coser a máquina o hacer sandalias y muñecas. De lo que se vende con todo ello nosotras les damos una parte pero algunos al tener dinero recaen, lo cual lo hace más difícil su rehabilitación.

Como veis procuro vivir intensamente. Procuro ser feliz y ayudar a los demás a ser felices con mi alegría. Y soy feliz porque me siento habitada por ÉL. Lo siento cerca, hace ruta conmigo y por eso no temo a nada pues sé que estará conmigo hasta el final.


Techin